Os trascribimos aquí la entrevista aparecida en noviembre de 2023 en el periódico BILBAO, realizada por Jorge Román:
Hace medio siglo los Misioneros Claretianos se instalaron en el Altiplano boliviano para hacerse cargo de la Misión del Norte de Potosí, cuya labor se centró en la promoción integral de las comunidades locales. Para recabar fondos, en 1989 crean la asociación Proclade Euskadi, que se fusionaría con su hermana navarra, aglutinando a los Misioneros Claretianos de Euskal Herria en la actual ONGD de Cooperación al Desarrollo, Proclade Yanapay.
“En un primer momento nos dedicamos a ayudar en esta misión del Potosí con la que teníamos mucha vinculación. Durante muchos años fue nuestro destino prioritario, pero luego te vas dando cuenta que hay otras necesidades y posibilidades que hay que explorar y, al final, de lo que se trata es de construir un mundo más justo y eso se puede hacer en Bolivia o en otros lugares”, razona Agustín Ortiz, coordinador de Proclade Yanapay, acrónimo de promoción claretiana para el desarrollo y cuyo apellido, “yanapay”, significa colaborar en quechua.
La tarea desempeñada dio sus frutos con la creación de una infraestructura fija a pesar de las duras condiciones de vida de la zona. Su altitud media de 4.000 metros, las temperaturas extremas, y la ausencia de servicios, unida a una población netamente campesina y muy diseminada, supuso un reto. Aun así, lograron asentar un proyecto educativo que, hoy en día, proporciona alojamiento y educación a 600 niños y niñas en cuatro internados.
“Las niñas están abocadas a hacer las tareas domésticas o a cuidar de los hermanos”
“En Bolivia la única posibilidad que tenían los chavales de estudiar era en nuestro internado. Ahora las alcaldías han copiado el modelo y en algunos sitios hay una docena de internados”, se congratula. Y es que a la labor pastoral y de acompañamiento de las personas se ha incorporado la creación de becas para que la juventud acceda a la universidad y evitar “el riesgo de desclasamiento”. “Estas formaciones pueden revertir en la comunidad en el ámbito agropecuario o sanitario. Muchos van a la ciudad y se quedan ahí, pero algunos de los profesores y alcaldes son antiguos internos nuestros y sirven como testimonio de cara al reto de jóvenes para hacerles ver que de aquí se puede salir adelante”. Otro de los grandes hitos de transformación social fue la integración de las niñas a la enseñanza. “La educación estaba destinada sólo para ellos; ellas se quedaban cuidando las cuatro cabras que tenían en el monte. Iniciamos un proceso de incorporación que aún mantenemos. Sin embargo, las desigualdades en estos contextos siguen siendo terribles y las niñas están abocadas a hacer las tareas domésticas o a cuidar de los hermanos”, expone Esther Calvo, técnica de cooperación de Yanapay Proclade.
Comercio justo
No obstante, el que fuese el “proyecto estrella” ha perdido relevancia dentro de la entidad. “Sigue habiendo un vínculo especial, pero no es lo mismo que antes. Durante años ha habido voluntarios laicos vascos que han dedicado años a la misión apoyando el proyecto educativo y eso ha ido viniendo a menos”, expone Ortiz. Y la evolución ha hecho que extiendan su acción a otros lugares. “La idea es siempre la misma, como los claretianos están vinculados al ámbito educativo, es extender el modelo a otros países”, añade Calvo. Mediante el trabajo en red desarrollando iniciativas en países tan dispares como la India, el Congo, Tanzania, Uganda, El Salvador, Guatemala, Ecuador, Perú u Honduras, donde el Consistorio de Bilbao sufraga un programa.
“El Ayuntamiento es un histórico financiador y, fundamentalmente, ha apoyado el proyecto que desarrollamos en Honduras en contra de la violencia de género. Gran parte del trabajo que hacemos en Proclade está centrado en la lucha de las desigualdades, y la perspectiva de género es transversal y sectorial”. En paralelo, en la Villa promocionan el desarrollo económico de los países apoyando iniciativas de comercio justo a través de alianzas, como la suscrita con la Fundación Maquita Cushunchic de Ecuador, que reúne a más de 5.000 productoras locales. “Llevamos trabajando veinte años con ellas. Además, de la mano del Ayuntamiento, realizamos campañas de sensibilización y actividades en los Gaztegunes municipales relacionadas con el comercio justo como herramienta de cambio social dirigidos a jóvenes de doce a diecisiete años”.
“La experiencia como misionero laico me está aportando mucho”
DESDE hace años, Proclade Yanapay lleva a cabo experiencias misioneras de corta duración dirigida a jóvenes. Es el caso de Martín González-Vara García, un joven de veintitrés años y antiguo alumno del colegio Claret Askartza, donde se empapó de la Misión del norte de Potosí. “Desde niño he oído hablar de lo que allí hacen los misioneros, y ahora que se me ha dado la oportunidad, no he dudado”, reconoce. Llegó a finales de julio, y su día a día en Sacaca, el pueblo donde vive es intenso.
“Madrugo y bajo al internado para acompañar a los y las internas en la oración y en el desayuno antes de que acudan al colegio. Mientras están en clase, alimento a cerdos, conejos y cuyes, que albergamos en una pequeña granja que he creado. Tras el almuerzo, vuelvo a la granja, y a la tarde ayudo en el internado con los deberes o las clases de informática, deporte o música”, manifiesta. El joven está inmortalizando la experiencia en Instagram: @pensandoenpienso
Durante este tiempo viviendo en comunidad se ha encontrado con una “realidad bien distinta” y un “cambio de vida radical”. Entre otros aspectos, le ha sorprendido “las condiciones de vida inhumanas en las que viven en las comunidades del campo, en casitas de adobe, con un sólo cuarto para todo o niños pastores que no van a la escuela… La pobreza en estas zonas de los Andes bolivianos es muy severa”, lamenta.
Por ello, ha decidido prorrogar su estancia y, tras regresar en San Juan para reencontrarse con la familia, volver a Bolivia hasta diciembre de 2024. Aún le queda camino por recorrer, pero está seguro de que “la experiencia como misionero laico me está aportando mucho” para su “desarrollo como persona adulta en el futuro”.